El proceso de evolución de la capacidad humana para ser más eficientes en casi cualquier disciplina, siempre llega a un punto en el que le toca pasar el testigo a procesos artificiales.
Desde la invención de la computadora, progresivamente hemos traspasado funciones que encontraban límites humanos y se han vuelto exponencialmente más rápidas, seguras o eficientes de manera automatizada.
El sector salud, como área crucial y bajo especial escrutinio, ha visto cambios recientemente y su incorporación de inteligencia artificial podrá dar un salto exponencial en los próximos años, todo con un norte claro: proveer el tratamiento correcto, al momento oportuno, en el sitio más apropiado posible.
Incluso, algunos expertos estiman que con mayor desarrollo de inteligencia artificial se puede anticipar cuándo exactamente ocurriría, por ejemplo, la próxima pandemia.
Algunos ejemplos de este incipiente desarrollo de la inteligencia artificial en el sector son los siguientes:
Algunas clínicas han desplegado sistemas de chatbots para recolectar respuestas de los pacientes, incluso antes de llegar a una sala de emergencia. Mediante las respuestas y un análisis sostenido en el big data, el sistema define un posible diagnóstico, un puntaje de riesgo, y luego indica los recursos necesarios y el sitio apropiado para atenderlo. Todo en cuestión de segundos.
Durante el COVID-19, algunos centros de salud han ofrecido cuestionarios web para que las personas respondan según sus síntomas. Así, el sistema indica a las personas si necesita comenzar un confinamiento, buscar atención médica o buscar más información según las respuestas ofrecidas.
La inteligencia artificial tendrá la misión no sólo de hacer la atención primaria más rápida y flexible, sino de anticipar intervenciones en pacientes crónicos muchos meses antes de que su condición comience a empeorar.